Faltan dos días para un nuevo aniversario del comienzo del golpe genocida más sangriento del cono sur. 36 años pasaron de aquel 24 de marzo en el que los milicos con todo el arco empresarial, con la ayuda inconmensurable de la UCR y el PJ -y de otros como el mal llamado Partido Comunista, que llamaba a un gobierno «cívico militar para poner orden»-, secuestraron y torturaron, desaparecieron y asesinaron, a 30.000 compañeras y compañeros.
El objetivo de este plan sistemático de asesinato fue desbaratar la creciente insurgencia obrera que se estaba organizando en todo el país.
Lo primero que hicieron los milicos el 24 a la madrugada fue ir a la entrada de las fábricas a buscar a los obreros de izquierda (como puede verse en un documental en el que aparece el Gregorio Flores). Por ejemplo, Rene Salamanca, dirigente combativo del SMATA Córdoba, fue desaparecido esa misma madrugada.
No es el cuentito romántico que nos quieren vender los reformistas y el Gobierno K, de que fue una época de sueños y una juventud que tenía todas las buenas intenciones de mejorar las cosas pero que se equivocaron en los métodos y entonces vinieron unos lunáticos malosos a romperles la felicidad, y que entonces fue un capítulo de nuestra historia que no hay que olvidar pero que está cerrado.
Fueron jóvenes en su mayoría, sí. Pero la mayoría eran trabajadores, delegados de fábrica, dirigentes sindicales combativos que se enfrentaban a la burocracia. El genocidio tuvo un contenido de clase: la clase explotadora derrotando a los explotados.
Y no tenían una visión romántica utópica. Peleaban por el socialismo, por la revolución, tomaban el ejemplo de la reciente -en aquel entonces- Revolución cubana, una verdadera revolución que expropió a la burguesía y tomó control del Estado -en otro momento discutimos los límites por ser un Estado Obrero burocratizado. Recuerdo de leer en crónicas de la época que la muerte del Che Guevara en el ´67 fue un día de luto nacional para los trabajadores y los jóvenes.
Por eso agarraron los fusiles.
Para el ´75 la organización obrera era tan fuerte que se habían puesto en pie las coordinadoras interfabriles -que podríamos definir como embriones de Soviets- en varios puntos del Gran Buenos Aires y en Beriso y Ensenada.
La mayoría peleaban contra leyes como las que hoy el Gobierno «setentista» vota. Proyecto X y la Ley antiterrorista se emparentan más con la política que llevó adelante la dictadura genocida que con los jóvenes y obreros verdaderamente setentistas.
Y menos está cerrado ese «capítulo» con sólo 260 milicos condenos de los 1800 procesados, o sólo 1800 procesados de los 20.000 que se calcula que estuvieron implicados en la dictadura en los más de 500 centros clandestinos de detención.
El ejemplo cercano con el que contamos son los juicios en Bahía que empezaron acusando a 19 milicos, y menos de un año después podrían llegar a tener condena sólo 15 (por fugas y muertes).
Creo que hoy reivindicarse setentista es pelear contra el Gobierno que reprime y persigue las luchas obreras y populares, que deja que la gente viaje en trenes de hace 50 años y se muera como perros por no invertir ni un centavo en estos 9 años de crecimiento económico, mientrás les dio millones a los empresarios. Enfrentar al Gobierno que nos quiere reconciliar con los milicos asesinos y cobardes, que nos quiere conformar con algunos cabecillas presos a los 70 años para sacarnos de las calles. Enfrentar al gobierno que frente a la crisis económica esta preparando al Estado capitalista con leyes para que no se desarrolle nada parecido a la militancia en los 70.
Por eso el 24 a las 18hs hay que marchar a la Plaza Rivadavia, y como dice la declaración de la Juventud del PTS, No te proponemos marchar en conmemoración de nada, sino para continuar una lucha que hoy está presente en cada obrero que se organiza y es perseguido por la gendarmería, en cada estudiante que se une en las calles con la lucha de los trabajadores, en cada joven que enfrenta el gatillo fácil de la maldita policía. Tenemos una cita de honor en las calles, y te invitamos a ser parte de la columna de la Juventud del PTS; para marchar con referentes como la abogada Myriam Bregman que denuncio el «Proyecto X» de la Gendarmeria, los delegados combativos como los de la Kraft Terrabusi, con los que enfrentan la Ley Antiterrorista del gobierno careta de los “derechos humanos”; los que se plantan frente al espionaje y la persecución a las luchas obreras. Llenemos la plaza para decir bien fuerte “Basta de ajuste, saqueo, espionaje y represión”.
AVISO: El viernes 23/3 a las 19hs en la casa cultural Karl Marx se presenta al película «Memoria para reincidentes», una crónica sobre la militancia en los ´70. Viene a participar Oscar «Chiche» Hernandez, delegado de Siderar, militante del PTS e hijo de desaparecidos, quien de chiquito viviera el 1er y 2do villazo.
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Párrafo aparte merece una pregunta que hice el otro día y que no fue contestada. Tiene mucha relación con la marcha del 24.
Los compañeros de Pachakutek, siempre organizaron su política en torno a los Derechos Humanos. Con una visión muy particular, a mi gusto.
Me extraña que no hayan participado de las reuniones abiertas a todo el mundo que se realizaron para organizar el acto unitario para luchar contra la impunidad y marchar este 24 que se cumplen 36 años del genocidio.
Es conocido por todos, lo cercano que se sienten a la política del gobierno K –no por nada los estudiantes los bautizaron Pacha K-, pero es de extrañar que ellos que tanto hablan de no ser sectarios y de tener una política constructiva no convoquen al acto unitario del 24 de marzo, histórico dentro de la izquierda para fortalecer la pelea contra la impunidad, convocatoria que es tan amplia que va a participar el FAP sojero de Binner que es tan amigo de los golpistas de la SR… Hasta la Juventud Radical!!! -si ya se, hablar de juventud y de Radicales al mismo tiempo es una contradicción pero buee….
Les pregunté a los compañeros ¿Por qué si habían sido tan militantes de la comisión por los juicios, en el verano rompieron y se fueron sin mayor explicación?
La respuesta fue nula. Lo que podemos imaginarnos es que, frente a la derechización de la política del gobierno K con la ley antiterrorista y el espionaje de Proyecto X, prefirieron quedarse con los K antes que con sus principios -si es que no los habían perdido antes.
Para ellos este 24 de marzo no es necesario ir a las calles, eso responde todo.